La flora arbórea del Parque Nacional Iguazú está representada por más de 90 especies. Se destacan el lapacho negro, que a fines del invierno se cubre de flores rosadas, y el lapacho amarillo y el ibirá pytá, que despliegan flores amarillas. También se puede encontrar seibo, planta que proporciona la flor nacional argentina. La zona es ideal para árboles que requieren gran humedad: el curupay, el cupay, el laurel de río, el laurel blanco, el aguay y el ingá.
En la extremada humedad ambiental se destacan dos comunidades únicas en el país: el bosque de cupay, un árbol de hojas color cobrizo, y los pastizales de paspalum lilloi, una gramínea que crece entre las piedras del río.
En algunos sectores hay selva de palmito y palo rosa. Este último es un gigantesco árbol que puede sobrepasar los 40 metros de altura y tiene un tronco recto de hasta 1,6 metros de diámetro. A su sombra crecen los palmitos, gráciles palmeras cuyos troncos terminan en un cogoyo comestible altamente codiciado para la preparación de ensaladas y cuya extracción causa la muerte de la planta.
